Uno nunca sabe a ciencia cierta la verdad de las palabras. Mas aun si esas palabras vienen de familiares que por verlo a uno en malos momentos te dicen que todo pasara y que no te estreses. Ni se puede vivir preocupado ni despreocupado. Yo no me siento bien con nada y es solo por aquí por donde puedo decirlo sin oír esas palabras que no ayudan sino que empapan peor que una lluvia. Hay malos momentos, y punto. ¿Por Qué no admitir cuando llegan? Son necesarios para aprender, pero duelen, y quizás eso es lo malo su efecto inmediato. Yo cuando oigo a personas ajenas que han llegado a donde querían, me siento quizás mejor porque se que son totalmente ajenas, que no son familia, no hay sangre, ningún vinculo, que no estan obligados a sonreirle a uno hipocritamente, que son ajenos como el caso del Ing que conocí en estos días, quien ahora en sus 50 es que esta feliz y haciendo lo que le gusta: arte cinético. Me pregunto si tendré la entereza de aguantar hasta que "Mi tiempo llegue" trabajo en eso, pero no lo suficiente. Me pregunto si de verdad sere plena y si mi felicidad llegara y si llegara en mi vejez. Me pregunto si estaré viva para entonces. Eso porque no tengo control del futuro, de no saber si todo me llevara adonde quiero realmente. Y soy una maniática en eso. Yo debería saber que no se puede predecir el futuro, pero a toda mi generación ya le han profetizado su debacle. Me siento totalmente alertargada por la comodidad y es fatal.
Lo se.
Ojala lo sea.
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