LetraYArroba

LetraYArroba

sábado, 22 de mayo de 2010

Carta a la Sra Hernandez: Su hija es muda.


Y Solitaria también sabia. Debería verla caminando por las calles, siempre las vacías. Con música en los oídos pero no todo el tiempo. A veces las cornetas y los silbidos gastados de galanes fallidos le interrumpen su magnifico silencio. A donde no llegaría caminando. Le molestan las fronteras que hay entre sus pies y sus nidos citadinos.

Tan callada va, que se pierde en la acera, en la gente, en la brisa, en toda la escena. Su imagen que jamas ha sido la de nadie, camina ignorando el destino, pero sabiendo que es ahí a donde va. Nunca ha importado el lugar al que se llega, sino el recorrido que te lleva. ¿Como has hecho tu para traerla a este mundo que no es el de ella? ¿Acaso no lo ves? Su tiempo era otro, sus pausas no sirven de este lado del siglo. En una adorable camisa de fuerza pasea cada fin de semana.

Ese Miércoles, caminando hacia aquel lugar, nadie le ha reconocido porque es igual a lo que le rodea. Es allá donde puede ser, la etérea vida. En esa caminata con auriculares en sus oídos, fue una con todo y no un pirata de otro puerto. Si la hubiera visto.

Su fortuna es que ella misma ha aprendido que no necesita llenar los momentos con nada mas que lo esencial, lo necesario, datos aqui y allá que le dejen en la mente de los ajenos al menos en ese instante, en el tiempo de las aburridas formalidades sociales. Quedarse en la mente de los que luego no le recordaran al terminar el día. Ya este mundo no te permite guardar nada mas. Aunque renuente siempre recurre a esa personalidad payasa que le sirvió para llevar su vida de adolescente. Para distraer a sus hermanos. Hoy es otro el publico.

Ese Martes antes que pusiera pie en su anhelo, dejo atrás la piel que conoces, y como buen camaleón se mete en su momento de persona local. Es ahí cuando le digo que valdría la pena tomarle una foto y dejar testigo de quienes somos cuando estamos donde podemos ser. Una foto de las que le gustana dos tonos: blanco y negro. Tan simple como eso. Porque cree en la dualidad de las cosas y antes de la Cabrera ella es una y después de la Cabrera es otra. Una ajena maravillosa que ni usa su nombre, solo sus huellas para presentarse a todos los demás.


No hay comentarios:

Publicar un comentario