Hola y mas nada.

Sus ojos están clavados en esta todo el tiempo. De lejos. Si le vieran el alma como quien ve por una rendija de puerta encontrarían a una persona asustada tratando de huir de quien le persigue pero dejando hondas huellas para su perseguidor. El día en su claridad es el masculino de la noche, de esas 24 horas esperando que caigan las sombras, escondiéndose detrás de las puertas, de los 4 lados de su mente, su mente que ya le ha llevado a momentos de conciencia perdida. Ahí él le ha tomado tantas veces que ha borrado el no de su boca, lo vive como si la escena fuera real, pide que no lo sea, pero no tiene fe. Solo queda correr antes de que su instinto le calle la voz y le inmovilice, volviendo posible el pensamiento que le fatiga en sus noches. ¿Adonde se ira? ¿Adonde puede llegar con su acelerado pensamiento que ya esta habitado por la sombra de este? Es ahí donde él busco su espacio para atormentar sus horas, haciéndose eco mas y mas fuerte de la realidad que espera detrás de ella, al fondo del vació. Regresa al ahora, camina en su calma, solo un hola y nada más y apura el paso cuidando no voltear, rogando no voltear. Sino volverá el extraño a su mente y regresara la huida sin vencer.