LetraYArroba

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jueves, 15 de octubre de 2009

Un Día en el Metropolis.

El 19 de Septiembre quedamos varados por la falla del clotch de mi carro el cual es sincronico, y estuvimos por 3 horas dentro de un populoso centro comercial, donde se ejercen menos compras y más deportivismo visual. Aqui ya no compramos. Aqui reparamos y arreglamos lo que llevamos y asi extender su periodo de vida. Esto cuando es algo fisico. En cuanto al consumo alimenticio vi que eso es lo más nos permitimos y porque no queremos ser los malos. Nadie nunca quiere serlo. Si vas a una heladeria de este centro comercial ubicado en la Autopista Regional del Centro, encontraras que sus precios triplican los precios de otros sitios. Tu hijo no entiende eso. Tu pareja menos lo entendera. Solo entenderan que eres egoista. Los locales de comida rapida, buena alternativa al exclavizante ciclo del desayuno, el almuerzo y la cena, o ritual previo para entusiasmar parejas en todas las etapas, nos dan menus repletos de las mismas calorias, pero todos hechos de manera diferente, para asi llamar a nuestros ojosy a nuestros apetitos. Como nos dio la hora de la cena, tuvimos que comer ahi, haciendo un peregrinar por los precios, porque al fin y al cabo no buscamos lo que se va a comer nos interesa más lo que debamos pagar por ello. Un completo temor a "pasarse de la raya", lo cual deja en evidencia que el llamado consumismo, no es tal cosa sino una sobrevivencia.

Nuestro pasado reciente nos habla de que somos bastante complacientes y viceversa. Que nos damos y buscamos los gustos más que otras cosas, y hoy más que nunca la poca disponiblidad y rendimiento del dinero ha hecho modificaciones obligadas en los habitos, que malos o no, dependeran de la persona que los tiene. Estar más de 3 horas en este lugar me volvio apatica a la idea de estar nuevamente ahi. Ver la paranoia del robo por parte de las tiendas me dio como tristeza, ya que todos los locales cierran a las 9pm. Personas pasando de manos vacias choca fuertemente con la imagen del país petrolero. De aquella Venezuela Saudi solo queda un mero recuerdo. Las ganancias son de pocos y van para pocos. Ese dia me dejo con pensamientos más profundos pero que ahora vagamente recuerdo. No pretendo ser antimaterialista, pero consumista si que no soy. ¿Por Qué pensar que un centro comercial nos distraerá más que estar en casa y escucharnos los unos a los otros? Creo que el ambiente de bullicio y felicidad con costo, nos da el fondo para que los demás nos crean felices o buenas personas y tambien creerlo de nosotros mismos.

Nadie quiere ser el malo. Nunca nadie quiere serlo.

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